Destino: Japón

domingo, 13 de marzo de 2011

11, 12 y 13 de Marzo

Estoy viviendo de forma intermitente desde el pasado Abril en Japón. El año pasado recuerdo dos sacudidas que apenas duraron 2-3 segundos,  nada que ver con lo que ha pasado este fin de semana. Obvio decir que es una experiencia que no habíamos vivido a día de hoy, ni yo ni los japoneses, no con esa intensidad.
El viernes pasado me pillaron ambos terremotos en la oficina, en una torre de 31 pisos y yo estoy en el piso 30. Estaba hablando con un compañero y de repente nos miramos para decir “es un terremoto, lo notas?”, pero como habíamos tenido otro el miércoles, bueno………….digamos que tuvimos el típico susto pero sin esperar que fuese mayor que la vibración de ese momento.

Cuando el “balanceo” empezó a ser considerablemente diferente, nos metidos casi corriendo debajo de la mesa. Me puse en posición fetal rezando que por favor parara. En mi vida pensé que una torre de esa altura pudiese balancearse y tener la misma sensación de estar en un barco con mar en calma. Oíamos de nuestros compañeros japoneses, al principio risitas nerviosas y luego el más absoluto silencio, lo que verdad angustia tremendamente. La forma en la que crujía la torre me recordaba al sonido de las pisadas sobre un suelo de listones de madera que no están del todo fijados.
No podría decir el tiempo qué duró, 2, 3, 4, 5 minutos?............en esos momentos cada segundo te resulta toda una vida, pasas de preguntarte si resistirá, a si se derrumba, a si se parte.......... Estaba bloqueada. Cunando el movimiento  cedió, me levanté y pensé en cerrar todo e irme corriendo a casa. Cuando estaba diciendo que es lo que quería hacer vino un compañero japonés para decirnos que el terremoto había sido en la zona de Sendai y que la magnitud era de 8.2 (las primeras estimaciones), por altavoces decían que no podíamos coger los ascensores ni se recomendaba salir hasta aviso por parte de la torre que era seguro. Esperamos y esperando qué hacer, llegó de repente el segundo………..corriendo nos tiramos debajo de la mesa y con los ojos cerrados pasaron esos minutos esperando que por favor se detuviera. Con el segundo de los terremotos, nos avisaron por megafonía que había que salir de la torre, con el aviso de que las mujeres desalojaran primero.
Nos dieron un casco y fuimos saliendo cuál soldados disciplinados todos en fila india, sin carreras, sin gritos, sin ruido, en absoluto silencio fuimos bajando uno por uno todos los pisos, a lo largo de los primeros pisos que íbamos descendiendo, nuestros compañeros iban señalando las grietas de las paredes, yo las miraba de reojo por intentar mantener la calma.
Nos paramos en un piso con una nueva vibración y en ese momento pensé que gracias a Dios estoy en un país civilizado. No sé qué hubiese pasado en España en las mismas circunstancias, no habríamos llegado vivos al primer piso. Parada podía sentir cómo temblaban mis piernas del estado de miedo que tenía. Bajamos en silencio y estuvimos esperando en la base de la torre horas, esperando instrucciones, sentíamos réplicas. Pasó el tiempo y no se confirmaba que fuese seguro volver a entrar. La gente se iba en grupos andando en dirección a sus casas. Nosotros ni sabíamos cómo llegar a la nuestra, 12 kilómetros hasta Shinagawa, ya de noche y sin saber cómo ir. No había luz en muchos tramos ni pasaban autobuses, la línea JR y el metro estaba cortados, así que optamos por cenar y relajarnos.
Sobre las 10.30 de la noche conseguimos un taxi………….12 kilómetros que hicimos en algo más de 3 horas. Por el camino empecé a enviar correos con el móvil. No había línea, no podíamos llamar a nadie por tranquilizar a nuestras familias. No sabéis lo angustioso que es saber que estás bien y que no puedes decir a tu gente que no se preocupen por ti, pensé en todos, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo………..empezamos a ver imágenes de Sensai y la angustia fue creciendo como bola de nieve. Cuando llegamos a casa, me conecté con Skype para que mis padres pudiesen ver que estaba bien y contesté a todos los mensajes y correos. Intenté tranquilizarme y dormir, fue imposible. Replicas toda la noche, cada vez que llegaba una me daba un vuelco. Me vestí y dejé todo listo por si tenía que salir corriendo. No sé cómo explicar lo que angustia, aunque no te pasa nada, el simple de hecho de tener que preparar todo. Apenas dormí algo más de una hora. Cuando me levanté casi no podía andar de lo cargadas que tenía las piernas………..

Ayer no fue mucho mejor, hubo pequeñas réplicas, nos llamaron que guardásemos agua y que podrían cortarnos la luz y el agua, que nos preparásemos.
Luego llegó la noticia de la fuga e intenté localizar a todo correr la dirección de la nube y cuáles eran las previsiones. Empezó a escribir y llamarme gente con lo que mi casi inexistente tranquilidad desapareció como un azucarillo en agua. Estuve toda la tarde intentando hablar con españoles que he conocido aquí, con la Embajada (imposible), les envié dos correos para decir que “estoy aquí”, sin respuesta desde ayer. Es en estos momentos cuando me pregunto para qué los tenemos. Es precisamente en situaciones de crisis cuando necesitas que alguien coja el teléfono.
Esta noche he podido descansar que era mi prioridad para poder estar tranquila.
La verdad es que no quieres ver las imágenes para no angustiarte pero quieres estar informada. Estoy viendo ahora mismo imágenes del tsunami comiéndose Sendai y veo a esas madres con sus hijos esperando en una colina y no imagino lo que pueden estar pasando. Nunca había vivido tan de cerca un episodio tan terrible.
Una compañera de trabajo me llamó ayer para decirme que no sabe qué pasará con su casa, está en Yokoska (al Sur de Tokio, en la costa oeste), como hay todavía alerta de tsunami, no les dejan ir a casa. Intenté tranquilizarla, hoy habíamos quedado para ir a pasar el día al sur, a Tsukuihama, para ver una lonja de atún y comer sushi. Cada vez que pienso que me podía haber pillado cerca de la costa en cualquiera de las excursiones que hago, no sé explicar cómo me siento.
Esta mañana he ido a comprar velas y agua, el supermercado estaba saqueado, daba miedo verlo. He comprado lo que he podido y he vuelto a hablar con otros españoles para ver cómo están. Intentamos tranquilizarnos entre nosotros.
Comparto estas líneas casi más como un desahogo. Me siento acompañada por toda la gente que me ha escrito, llamado, dejado mensajes en FB
Para mí, este episodio pasará y lo recordaré como una anécdota, algo que las miles de familias que han perdido a alguien no podrán hacer.


Agradezco a todos aquellos que habéis estado enviando correos y llamadas de ánimo...........de mucha gente que ni esperaba, ha sido muy alentador, de verdad. Lo agradezco en el alma
Espero que se solucione por la gente que conozco que vive aqui y espero asimismo poder volver en breve.

Abrazo a todos

6 comentarios:

  1. Nata...(es la 3ª vez q intento poner un comentario..a ver...),q me alegro saber por tí al fin que estás bien...Sin palabras..Sólo te digo q mucho ánimo..y q espero q todo vuelva a la "calma"..Un besazo
    Silvi Pérez

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  2. Gracias Silvia, estoy en ello........en estar calmada....muchas gracias por los ánimos. Si Dios quiere nos vemos en nada

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  3. Hola guapa, ya queda menos, dentro de poco estarás en casita. Un beso

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  4. Me han dicho que estás ya volando de vuelta..!!ya está, nena, ya está casi..!! Espero verte y darte un besote en nada!!!bs

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  5. Natalia: recibe un gran abrazo. Dime lo que necesitas. Veo que vuelas a casa

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