Destino: Japón

domingo, 26 de diciembre de 2010

Nikko (日光市) - Los colores del Otoño 1ª parte

Este fin de semana tocaba ir a Nikko, el último destino elegido como despedida de Japón, es una ciudad conocida como "la pequeña Tokio". Se recomienda dedicar una visita a Nikko de al menos dos días, aunque se podría hacer ida y vuelta desde Tokio, la verdad es que merece una visita más larga.

Nikkō es una ciudad de Japón que se encuentra en las montañas de la Prefectura de Tochigi, en la región de Kantō. La serie de santuarios y recintos sagrados que hay en Nikkō, así como los balnearios (onsen) de los alrededores, hacen de la localidad un centro religioso y turístico muy visitado. El conjunto de templos y santuarios de Nikkō, fue inscrito por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1999.


Habitantes = 93.000

Cogí un Ryokan como alojamiento a las afueras de Nikko, poder cogerlo en Nikko estaba prohibitivo. El alojamiento estaba muy bien aunque tenía la pega de tener que coger un tren desde el pueblo para ir a Nikko centro
Dos estudiantes en el tren, de camino a Nikko........bueno, digo yo que eran estudiantes.



Se ve mucha gente mayor vestida como si fuesen a hacer monte o a pegarse una buena caminata. La verdad es que en Japón la media es "deportista", se ve mucha gente mayor andando en bici, haciendo monte....


De camino al alojamiento pasamos por un entrenamiento de beisbol. Sorprendentemente, hay muchísima afición en Japón, he visto ya varios partidos
.


Por el camino, ya empecé a ver colores rojos por todas las esquinas......es el color del Otoño y el color de Nikko, un maravilloso regalo para la vista.


Naturaleza en plena actividad, en una tela de araña se habían quedado atrapados varios insectos. La verdad es que el tamaño de la tela daba miedo, no me quedé a ver a la propietaria


Rojo, rojo, rojo


Esperando en la estación


De camino a Nikko, en tren, eran apenas 20 minutos









La entrada de un restaurante en Nikko, creo que no cabían más adornos



Casi todos los puntos de interés de Nikko, al igual que en otras partes, abren de 8.00am a 17.00pm (hasta las 16.00pm de noviembre a marzo).

Para evitar multitudes se aconseja ir a primera hora de las mañana y entre semana.

De camino al puente sagrado y e resto de los templos ya empezamos a ver la mezcla de colores tan característico del otoño, ¡qué maravilla!



De las visiones más bonitas, mirar hacia arriba rodeada de árboles con hojas que van de los tonos ocres al más vivo rojo.






Este árbol era espectacular, creo que tenía todos los tonos posibles, me daban ganas de hacer un "book"...............lo que es ver el primero, durante todo el fin de semana vimos cientos como éste.






"Shin-Kyo" (神橋), el bello puente sagrado sobre el Daiya-gawa es una reconstrucción del original del s. XVII y es una imagen muy conocida. Su emplazamiento es famoso por ser el lugar al que Shodo Shonin fue arrastrado por el río, a lomos de dos enormes serpientes. El puente fue construido para poder ingresar al mausoleo del primer shōgun Tokugawa, cruzando el río Daiya. Los registros dicen que el puente ya existía en 1636, aunque la fecha exacta de su construcción no se ha precisado. Tiene una longitud de 28 metros de largo. Una inundación destruyó el puente original en 1902; el actual es una reconstrucción de 1907, y está vedado el tránsito por el mismo. Pertenece al santuario Futarasan-jinja.




Los lugares declarados Patrimonio Mundial que rodean Tosho-gu son lo más caraterísticos. Hay una entrada combinada de 1000Y, válida para dos días. Se puede conseguir en las taquillas de la zona y comprende la entrada a Rinno-ji, Tosho-gu y Futarasan-jinja.

 


Después de pasar por el puente rojo nos fuímos hacia el recinto de los templos. La primera parada fue para la "Sala de los Tesoros", la verdad es que no merece la pena la visita.  Pensábamos encontrar reliquias de la era Edo y lo que nos encontramos fue una mezcla de piezas sueltas colocadas sin ningún orden cronológico ni relación entre ellas, como si fuese un mercadillo local.

Después de la visita a la Sala, salimos disparados hacia "Shoyoen", el pequeño jardín japonés del recinto. Vimos parte del jardín desde dentro del recinto y llamaba la atención el colorido de los árboles, era una auténtica explosión de color, maravilloso.

Estaba lleno de gente y casi nos teníamos que pegar por sacar una foto, mirase donde mirase quería sacar todas las hojas, todos los reflejos...........



Disfrutar del colorido, como digo otras veces, casi tanto como yo de poder sacar estas fotografías















De mis imágenes favoritas, mirar el cielo y poder ver tanto color tan diferente al que me suelo encontrar cuando miro al cielo


Casi era una visión tan bonita lo que se veía mirando alrededor como lo que se veía mirando al agua









Parece mentira que sea un reflejo en el agua



Preciosidad del otoño. He visto colores en los bosques de Navarra, en Ezcaray................pero nada como lo que se ve en estos jardines



Y de repente tonos ocres





































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