Destino: Japón

domingo, 26 de junio de 2011

Nezu Museum

Este Museo es uno de los varios que tenía pendiente ver en Tokio. En esta ciudad, la verdad es que ocurre casi lo mismo que en Roma, puedes dar una patada al suelo y te salen doscientos museos y galerías. Podrías no cansarte nunca de visitarl@s.
Tengo que reconocer, que en este caso, que lo que me movía a ir no eran las exposiciones sino el museo en sí. Había visto fotos en una entrevista a un expatriado y me pareció una maravilla de edificio. El fin de semana ha salido bastante nublado asi que las fotos no lucen lo mismo, pero............os puedo asegurar que es una maravilla.

La entrada cuesta 1000Y


Esta es la entrada al museo. A ambos lados, parece que las cañas de bambú dan la bienvenida



El Museo tiene una pequeña tienda y un espacioso jardín que lo envuelve. Hojas rojas del resto del invierno. Me recordó los colores de Nikko






Figuras y linternas se apiñaban a lo largo de la ruta del jardín






Restos del Otoño






 En todo jardín japonés, hay un pequeño lago. Puentes y piedras grandes o pequeñas facilitan el paso al otro lado.
Agradecí que tuviesen este tamaño, a veces creo que me voy a dejar los dientes









¿Aburrida de esperar?



El museo es pequeño, solamente dispone de 6 pequeñas galerías. En el primer piso se exponían (como dando la bienvenida a la exposición) distintas representaciones de Buda.



En el piso superior unos bancos se disponían de cara al jardín. Una de las pasiones de los japoneses es contemplar durante horas un jardín, una cáscada, un pequeño lago. Si en cualquier lugar hay un jardín, siempre hay bancos orientados para poder no solo pasear por él, sino poder admirarlo "desde fuera"






Éxterior del museo cara al jardín



Aunque no se aprecia bien, esta es la cafetería del museo. Techo acristalada haciendo aguas. Las mejores mesas estaban ocupadas. Café con libro. Levantar la vista y jardín. Jazz de fondo.






Y hasta aquí llegó mi visita. Estaba prohibido sacar fotografías en las galerías, asi que no hay "testimonios"
Este pequeño rincón está en la entrada del Museo. Al final o comienzo de ese eterno pasillo de "bambú"

Muy zen me resultó este Museo. Me gustó. Con un día soleado tiene que ser infinitamente más bonito.





A la salida............un homenaje. Aoyama y Omotesando está lleno de chocolaterías, pastelerías y restaurantes franceses. Casi puedes ir babeando por el camino.



2 comentarios:

  1. que pasada la foto de las ramas con hojas rojas y naranjas... congrats! muy buenas fotos...
    Bss

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